Camino del Norte 8.- Portugalete a Castro Urdiales
Etapa 8: Portugalete - Castro Urdiales |
Portugalete pone fin al mundo urbano de las últimas jornadas. Rl carril bici (bidegorri). protagoniza casi en exclusiva gran parte de esta etapa. Nada más salvar por encima un nudo viario y la A-8, unas flechas amarillas señalan un trazado alternativo que entra en Ortuella. En la guía seguimos el trazado que va por el carril bici, señalado por el poste oficial de madera con la indicación “La Arena 10 km” (Km 2). La travesía es plácida pero muy monótona.
En suave descenso por este valle de Somorrostro llegamos hasta la playa de la Arena, entre la desembocadura del Barbadun y Peña Lucero. La playa es compartida por los municipios de Zierbena y Muskiz. Para llegar hasta Pobeña hay que seguir a la izquierda, atravesando un merendero y un tramo de playa para llegar al puente sobre el río Barbadun.
Retornamos hasta las escaleras a la entrada de Pobeña. Cerca de cien escalones, o más, suben hasta el recorrido del antiguo ferrocarril minero, hoy paseo de Itsaslur y Camino de Santiago, que conducía el hierro hasta el cargadero situado en La Arena y que posteriormente partía hacia Europa, principalmente a Gran Bretaña.
En esta provincia la señalización oficial es más escasa y deberemos atender sobre todo a las flechas, que en algunos puntos también brillan por su ausencia. Atravesamos pronto el apuntalado túnel del Piquillo y continuamos hasta el tremendo viaducto de la A-8. Tras él tomamos el camino que desciende a nuestra derecha. Nada más cruzar el río Sabiote giramos a la izquierda para entrar en Ontón, localidad del municipio de Castro Urdiales.
En Ontón debemos elegir entre el camino oficial, por Otañes, que nos evita el arcén de la nacional N-634 a cambio de alargar 7,2 km el recorrido, o bien continuar por el arcén de dicha nacional, aprovechando algún atajo. Poco antes de llegar a Ontón entramos en Cantabria.
Yo decido utilizar esta última opción, ya que al haber cacumulado 2 etapas, eran muchos kilómetros.
Son 8,6 km y sigue siempre la carretera N-634, sin demasiado tráfico desde la apertura de la autovía, pasando primero por el bar-restaurante de Saltacaballo, y más adelante por el pueblo de Mioño, también con bares y restaurantes. Ojo: si tomamos esta opción no debemos dejar la nacional para tomar caminos que nos llevan a aventuras sin sentido y sin salida, pues hay alguna flecha amarilla que invita a ello. Hoy en día casi todo el mundo toma esta opción, aunque caminar por el arcén de la nacional es un poco monótono, y la autovía A-8 es una constante e incómoda compañía. En la bajada a Castro disfrutamos de unas bonitas vistas sobre la costa.
A la entrada de Castro Urdiales. Después de pasar bajo la A-8 vienen varias rotondas y tomamos la calle Paraíso hasta una gasolinera, tras la cual giramos a la izquierda en dirección al Centro Urbano y la Playa. ¡Aquí escasea la señalización!. Hay que cruzar el río Brazomar y continuar recto por el paseo Ocharan Mazas.
El paseo desemboca en otro paralelo a la playa, donde seguiremos las marcas de color naranja. Sin pérdida avanzamos de frente hasta el puerto deportivo y pesquero, junto a la postal marítima formada por la formidable iglesia de Santa María de la Asunción, con aires de catedral y el exponente gótico más importante de Cantabria; el castillo medieval donde se aloja el faro y la ermita de Santa Ana, cimentada sobre la roca y ligada al castillo por el puente Viejo, gótico de un solo arco.
Por la tarde aprovecho para visitar la ciudad. Castro Urdiales es una bonita villa marinera, con una rica historia que se remonta a su nacimiento como fortificación romana. Posteriormente, en la Edad Media, su puerto fue uno de los más relevantes con respecto al tráfico comercial, como testifica el hecho de que fuera una de las Cuatro Villas del Mar (agrupación, en el medievo, de los cuatro puertos más importantes de Cantabria). De esta época es el conjunto monumental de Castro Urdiales, en el cual destaca la magnífica iglesia de Santa María (siglos XIII-XV), de estilo gótico, y a su lado el castillo-faro de Santa Ana (siglos XIII-XIV), la ermita de Santa Ana y el puente medieval. El turismo, en detrimento de las actividades de pesca y comerciales vinculadas al puerto, se ha convertido en las últimas décadas en el motor económico de la localidad.
En Castro Urdiales me alojé en la Pensión Marina, situada en el centro, al lado del paseo marítimo.
Es una pensión muy básica y antigua, oscura, pero limpia al menos. Cuarto de baño compartido con otras habitaciones.
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