Cruz de la Muela (Orihuela)
Cruz de la Muela (Orihuela)
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La Cruz de la Muela es una cruz de término, como otras tantas de Orihuela, situada en la emblemática cima de la Cruz de la Muela (464,1 m.)
No se sabe si originariamente fue construida en tierra y luego subida al monte o si fue labrada de un frondoso olivo, ya en la cima. Se ha relacionado con el dominico santo valenciano Vicente Ferrer, quien en un sermón, a su paso por Orihuela en 1411 (las crónicas sitúan el 26 de febrero de 1411 la llegada de San Vicente Ferrer a Orihuela), pudo haber dicho:
"Devotos oriolanos, hijos míos, estoy cierto que en aquella elevada montaña habitan muchos demonios, los que con sus infernales astucias causarán entre vosotros innumerables ruinas espirituales y temporales. Si queréis veros libres de ellos, colocad allí el soberano estandarte de la Santísima Cruz".
No obstante, debemos esperar a 1715 para datar una primera cruz de madera. El historiador J. Montesinos, en los albores del siglo XIX, da cuenta de la costumbre de acudir el sacristán mayor de la Catedral el día de Pascuas de Resurrección a bendecir los términos al pie de esta cruz, colocando palmas benditas en las tres anillas que la misma ostentaba.
El tiempo y el hombre destruyeron el símbolo en más de una ocasión. El beato oriolano Inocencio Carretero propuso en 1910 la fabricación de una gran cruz de hierro, que despareció durante los años de la guerra civil. En 1942 volvió a colocarse, de hierro. El 2 de enero de 1985 fue aserrada por incontrolados y reconstruida por fervor popular.
En la actualidad la cruz tiene una alzada de 14,80 metros por casi 8 de brazos, y está sostenida por una peana de cemento de 1,60 metros.
A ella podemos acceder por dos rutas, bien por la cara sur, desde el bar El Piste, situado en la N-340, o desde la vertiente norte que comienza en la urbanización Montepinar, situada en la carretera local de la Matanza, a unos cinco kilómetros de Orihuela.
Llegamos a Montepinar por el acceso habitual, es decir tomando la carretera hacia Benferri y Abanilla y torciendo a la izquierda como para enlazar con la autovía, dirección Murcia. Entramos en la urbanización y ascendemos hasta la calle Orense (la última a la izquierda). Al final de la misma, si hemos llegado en coche, lo aparcamos y ya podemos iniciar la excursión.
El primer tramo hay que hacerlo por el camino que bordea unos huertos de limoneros, que quedarán siempre a nuestra izquierda.
Pasamos muy pronto junto a una caseta alrededor de la cual se agrupan un puñado de colmenas. Enseguida encontramos el camino de subida propiamente dicho, nada más pasar el cartel de coto privado, y sin abandonarlo, comenzamos la ascensión.
Tras las iniciales cuestecillas serpenteantes, llegamos a una primera área de "recuperación" desde la cual podemos divisar el pueblo de Redován, al pie mismo de la Sierra de Callosa.
Durante unos trescientos o cuatrocientos metros el camino de ascenso se suaviza hasta el punto de permitirnos caminar en llano y aun en ligera bajada, siempre bordeando la sierra.
Antes de que vuelva a empinarse el camino podemos contemplar la extensa franja de Vega Baja que se deja ver desde estos primeros recodos. Pueblos como Bigastro, Jacarilla, Benejúzar, Redován, y las pedanías oriolanas de La Campaneta, San Bartolomé, El Escorratel, etc.
Seguimos la ascensión, y la caprichosa trayectoria del sendero nos devuelve al otro flanco del monte, el del norte, permitiéndonos ahora dirigir la mirada en otra dirección, hacia la cercana urbanización de Montepinar, y alejándonos de ella, hacia Benferri, La Murada, Abanilla (ya en la provincia de Murcia), la barriada conocida como la Virgen del Camino.
Tras una hora de subida llegaremos a la antesala de la Cruz, una pequeña meseta desde la cual ya podemos divisar la fertilísima Vega Baja del Segura. Dirigiendo la mirada hacia poniente, si el día es claro, veremos sin dificultad el Cristo de Monteagudo, y también la torre de la catedral de Murcia.
Dejamos la meseta y tras unos doscientos metros culminamos la ascensión y ante nosotros despliega sus brazos metálicos la Cruz de La Muela.
Ya a sus pies, podemos contemplar lo que queda del Palmeral de Orihuela, y huertos de limoneros y naranjos.
En días de poca o nula calima, se puede apreciar sin problema las salinas de Torrevieja y La Mata, el mar más al fondo, desde Santa Pola hasta Guardamar y a la ciudad salinera.
Muchos oriolanos realizan esta ruta semanalmente, y es que subir a la Cruz de La Muela acaba produciendo adicción entre los amantes de la naturaleza y el aire libre.
Iniciamos el descenso por el mismo camino utilizado para subir.
Distancia: 9,4 Kms.
Dificultad: Fácil
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