Sierra del Mugrón y ruinas de Castellar de Meca (Alpera -Albacete)
Sierra del Mugrón y ruinas de Castellar de Meca (Alpera -Albacete) |
Partiremos desde el aparcamiento, cerca del poblado ibérico del Castellar de Meca en Alpera.
Es aconsejable usar el GPS ya que la ruta no tiene marcas de ningún tipo salvo unos carteles que indican la subida al Castellar de Meca. Después de caminar unos 2,60 km aproximadamente y empezar a disfrutar de todo aquel precioso entorno de la Sierra del Mugrón nos adentramos en una finca privada La Casa del Heredero, autentica finca manchega y su granja de animales. Los propietarios no ven con buenos ojos a los senderistas que transitan por la pista, por lo que habría que evitar el paso, sobre todo en temporada de caza.
Tras pasar la finca tomaremos un barranco que nos mostrará a nuestra izquierda la sierra perforada por numerosas cuevas y abrigos y de frente veremos una impresionante y extraña formación rocosa, con forma de tortuga ó de casco. Una vez aquí, hemos llegado a otro punto destacable: El Rincón de San Pascual , donde el Santo San Pascual acudía a orar. Debajo de la patas de la enorme tortuga se forma un fastuoso ventanal. En el suelo aparecen petroglifos con extrañas y misteriosas formas. Los petroglifos son diseños simbólicos grabados en rocas, realizados desbastando la capa superficial. Muchos fueron hechos por nuestros antepasados prehistóricos del periodo neolítico. Son el más cercano antecedente de los símbolos previos a la escritura. También encontraremos una cubeta excavada en la roca cuyo uso se desconoce.
Dejamos esta silueta y comenzamos a subir monte a través hasta alcanzar el inicio de la Sierra del Mugrón, espectacular cresta con una perfilada arista. Aquí podemos ver arcos, ventanas y puentes de piedra sobre el precipicio y plataformas pétreas que aguantan la erosión. Aprovechamos para reponer fuerzas en una especie de mirador.
Continuamos cresteando toda la meseta, y poco antes de llegar a su final, ya en una meseta inferior, hay una cruz de hierro que indica el punto por el que hay que bajar para acceder al collado por el que se entra en el poblado íbero. Después de una corta bajada seguimos bordeando la meseta por una senda apenas pisada que nos deja en el collado entre ambas mesetas. Bonita senda que se abre paso por una zona con frondosa vegetación, entre pinos, carrascas y especies más de umbría, enredaderas colonizando los abrigos rocosos y un tapiz herbáceo repleto de flores.
Al frente veremos el mejor lienzo de muralla que podemos ver del poblado íbero Brevemente llegaremos a nuestro último punto destacable:
El poblado ibérico Castellar de Meca, cuya época corresponde al ibérico (siglos V-II a. C.), y también al bronce, romano, islámico, medieval, se localiza en el término municipal de Ayora, en la comarca de El Valle de Ayora-Cofrentes (Provincia de Valencia, España), sobre un largo cerro denominado Mugrón de Meca (Sierra del Mugrón), dentro de la finca denominada "Casas de Meca". Está declarado Bien de Interés Cultural desde el 3 de junio de 1931.
Este yacimiento muestra evidencias de ocupación desde la edad de Bronce ( siglo vi a. C.), los Íberos (siglo vi a. C.- siglo iii a. C.) y los romanos (siglo iii a. C -siglo i a. C.) hasta la edad Media (siglo xii).
Las ruinas se consideran pertenecen a un poblado Ibérico ocupando aproximadamente 15 hectáreas. A simple vista se pueden ver sus antiguas murallas que servían de defensa a esta población, pero además por las características del terreno, estas también forman parte de una fortaleza natural, situándose a unos 1218 metros de altura sobre el nivel del mar en su punto más elevado.4 Se encuentra en una meseta del monte, con un único acceso, y por el que posiblemente los íberos trazaron un camino, el llamado Camino Hondo (que hoy aún conserva importantes vestigios de las huella dejadas por las ruedas de los carros, y pequeñas cavidades, donde ponían el pie las bestias que transportaban sus cargas), que unía la ciudad- fortaleza con el llano. De esta época íbera son también los restos de casas excavadas en la roca así como los aljibes.
La ciudad ibérica desapareció con la conquista de los romanos, aunque la influencia ibérica se mantuvo durante un tiempo. En la zona occidental se observan restos de una torre romana, no hay constancia de que hubiera elementos arquitectónicos, aunque sí se hallaron sillares de varios tamaños bien labrados.
La población fue creciendo y extendiéndose por las laderas, sobre el camino íbero inutilizado, construyéndose habitaciones medievales rectangulares. Se sabe que en el siglo xv la ciudad estaba desierta, lo cual puede deberse al brote de peste negra que sufrió la zona a mediados del siglo xiv.
La planta del yacimiento tiene unas 15 Ha, con un extensión de unos 800 m en dirección Este-Oeste. Murallas ciclópeas, numerosas cisternas y casas talladas en la roca. Cerámicas ibéricas, romanas, islámicas. El denominado Camino Hondo, con una pendiente del 30 % constituye una asombrosa obra de ingeniería prerromana. En el último tramo, la roca está excavada 4,30 m. con una anchura de 1,93-2,15 m. Para superar la pendiente se alargó el recorrido y obligó a realizar una cerrada curva para cambiar el sentido del camino hacia el centro de la ciudad. El suelo, sobre roca viva, presenta profundas rodaderas como consecuencia del paso de las ruedas de carro durante 1500 años.
En los laterales se aprecian unas hendiduras en la piedra que presumiblemente servirían para introducir trancas de madera y sujetar así las ruedas evitando el deslizamiento por la pendiente. En la meseta se pueden observar habitaciones excavadas en la roca, escaleras, y numerosos depósitos (más de 100), el mayor llamado "El Trinquete" de 29 x 5 m, con una profundidad estimada de 14 m (más de 2000 m³). No todos los depósitos serían aljibes, ya que algunos pudieron ser utilizados como graneros o almacenes.
Existen restos de muros de difícil datación, ya que el poblado estuvo habitado hasta época medieval (posiblemente hasta los siglos XIII-XIV). Al oeste de la denominada "Cueva del Rey Moro" se encuentra la fuente, con su caño original que ha sufrido una modificación, y en la que se aprecian unas escaleras excavadas de época ibérica, y algo más abajo el aljibe.
Las características del poblado sugieren que éste sería un gran almacén de productos agropecuarios que explicaría el camino de acceso para facilitar su transporte desde el llano. La construcción del camino y de los sistemas de almacenaje requiere de una clase dirigente con capacidad de organizar recursos y gestionarlos de forma eficaz. En épocas de depresión por malas cosechas o crisis, la defensa del lugar y sus recursos excedentarios almacenados en periodos de bonanza sería fundamental.
Visitado el Poblado, descendemos hasta el punto de partida.
Ruta fácil y muy interesante.
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